Jugando con la rima - Ana Zarina Palafox Mendez
Técnicas lúdicas para el aprendizaje del verso improvisado en Iberoamérica.
Libro del método |
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Zarina habla de
círculos, del flujo circular de la energía, del
universo y el todo en el que estamos inmersos. La poesía y la música tradicional en su estado idóneo funcionan de esa manera: como los fenómenos del cosmos. Zarina dibuja un círculo en el suelo, y se sienta con todos los niños en el contorno... todos por igual, nadie delante ni atrás, y para poder participar se debe ser parte del círculo. Zarina hace lo que todos, todos hacen lo que Zarina, les habla a los niños de igual a igual, ellos responden con poderosa inteligencia, con bendita sensibilidad, con la certeza de ser individuos únicos pero con la consciencia de ser parte de ese todo. El amor de Zarina es ese todo, que se mueve y se comparte... porque si no, se apaga. Las tradiciones son en cierto modo como los fenómenos del cosmos: órbita, espiral, flujo constante de luz y energía. El amor de Ana Zarina es infinito... y está en constante expansión. Eloy Zúñiga Guinea |
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Esto es algo así
como la Mayéutica de la composición literaria, ya que
al igual que Sócrates, que consideraba que el
conocimiento existía en nosotros y solamente había que
encontrar la manera de sacarlo a la luz, Ana Zarina
propone que el verso lo llevamos dentro y ya que el ritmo
es parte inherente de nuestro ser, ella sabe cómo
sacarlo a la luz, de ahí el éxito de su proyecto. Taca taca, taca taca, y tenemos un octosílabo, taca taca taca ta, taca taca ta, y tenemos séptimas, y así hasta lo más complejo: taca taca taca ta, taca taca taca ta y aparece un alejandrino. La otra parte estriba en la asociación de un color o un objeto con la consonancia de los versos, y a través de esto, le da Zarina forma visual a la última sílaba de cada línea. Como buena bruja, Zarina con su conjuro, transforma los colores, las formas y los latidos en poesía. Me maravilla la propuesta de Zarina, no solamente por su aparente sencillez, sino por su eficacia. Esto lo puedo constatar porque yo participé, aunque de manera informal, en alguno y ello me ha permitido incrementar enormemente mi oralidad y aunque la voz no ha podido sustituir, debido a mi formación previa, totalmente al papel, sí me ha facilitado en gran manera el proceso creativo. Además de los humanos, gran parte, por no decir que todos, los mamíferos aprenden jugando, especialmente los homínidos y los grandes predadores como canes y felinos. Estos últimos se inician en el arte de la caza a través de los juegos. Jugando con la rima no es solamente un proceso de aprendizaje de la creación literaria, sino también, y aunque a Zarina le choque el término, de rescate, de permanencia y lo más importante, de trascendencia. Eduardo Langagne |
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Bueno, el
"Prolegómeno" soy yo, me tocaría decir ahora,
pero no hace falta, porque en el fondo no soy ni
prolegómeno ni prologuista, ni siquiera lector del libro
de Zarina. Yo soy un niño. Un niño grande. Un niño
grande que no creía en brujas ni hadas y de pronto se
topa con un ser mitológico que es las dos cosas a la
vez, y no duerme, o algo peor, que no deja dormir a los
demás tampoco. Yo llevo una semana sin dormir para
escribirle un prólogo, o lo que sea esto que servirá de
pórtico a este libro vivo, parlanchín y sensible. Así
que advertidos quedan. Cuidado con Jugando con la rima.
Si lo dejan entrar en sus casas y colegios, este
"vivo viviente", este libro con voces,
cambiará para siempre sus costumbres domésticas,
docentes, doméstico-docentes, romperá el orden, ya
nunca más estarán serios y callados en clase, ya nunca
más se aburrirán en sus horas de estudio (con lo
cómodo que es aburrirse a veces). No vean esto como un
acto de deslealtad a Zarina, pero dejar esta advertencia
es mi deber como poeta, como docente, como investigador
de las artes populares, incluso como amigo de Zarina.
Jugando con la rima es un libro peligroso, subversivo,
anti-natura. Aquí se juega, se ríe, se aprende sin
dolores de cabeza, se divierte tanto el que enseña como
el que aprende; con este libro se acabaron para siempre
los miedos a esas palabras raras que llevan siglos
emmascarando a los poetas (diéresis, hemistiquios,
metaplasmos, etc.); se acabó el "pánico
métrico" (los dedos tras la espalda para contar las
sílabas, o en los bolsillos, avergonzados siempre); con
Zarina y su Jugando con la rima llegó el relax poético,
la fiesta tan temida por los poetas serios, todos jugando
a ser, como ella, bardos de otro costal, músicos de otro
costal, huapangueros y jarochos y valoneros y decimistas,
oralitores todos de otro costal, artistas de la palabra
oral y de la poesía sin engominamiento. Definitivamente, es muy difícil hablar o escribir sobre un libro de Ana Zarina Palafox Méndez. La próxima vez espero que me invite a que le cante. Alexis
Díaz-Pimienta |
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Créditos de la
primera edición Jugando con la rima Diseño Este libro se imprimó con
el apoyo de: La investigación y experimentación para este libro se realizaron con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa Músicos tradicionales, emisión 2013. Todos los derechos
reservados, Ana Zarina Palafox Méndez, 2017. Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio que no cuente con el permiso explícito de la autora. |