Jugando con la rima - Ana Zarina Palafox Mendez

Técnicas lúdicas para el aprendizaje del verso improvisado en Iberoamérica.

 

Marco pedagógico

Se toman de María Montessori y de L. Ronald Hubbard los métodos sinestésicos al combinar el oído con la vista y el tacto de las fichas, propiciando una interiorización más sensorial y menos abstracta. El tacto es muy importante para interiorizar las estructuras, por eso este método no está diseñado para ser impartido de forma virtual.

A ello se suma el aporte de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, configurando el material didáctico para cubrir las más posibles y no exigir aprendizajes o habilidades que rebasen el tipo de inteligencia natural en cada persona. Eso se logra al usar fichas que simbolizan las estrofas, con los colores en correspondencia con las rimas y los tamaños en correspondencia con las métricas. También se usan barajas francesas con numeración que corresponde a la división que hacemos de las sílabas para lograr una acentuación correcta, fraccionando en grupos silábicos desde 2 hasta 5 sílabas, todos de terminación grave, esto es con el acento en la penúltima sílaba.

Foto: Antonio Castro García

Foto: Andrés Rubio Zavala

De Freire tomamos el hecho de que el aprendizaje parte de nuestra necesidad de expresar lo que ya sabemos o lo que necesitamos y de la horizontalidad en las sesiones (método de alfabetización para adultos, pedagogía de la liberación). Freire entra en los resultados que se buscan con la liberación de la expresión propia que ayudan a romper lo que el mismo llama “la cultura del silencio”, heredada por siglos de estructuración vertical del poder en nuestras culturas. Ya llegando a esta etapa la forma del verso pasa a segundo plano, pues la expresión libre de las personas es lo principal (pedagogía del oprimido). Al liberar la expresión propia, la persona tiende a expresar sus deseos, necesidades, peticiones y negativas, saliendo con suavidad de las diferentes opresiones que afectan su vida.

Albert Bandura, con lo que él llama “aprendizaje observacional”, está presente en los ejercicios en que por imitación y contagio se van ajustando las rítmicas de las frases para volverlas versos de las estrofas isométricas.

Gestalt aporta el “círculo mágico” que, además de la mencionada horizontalidad, genera complicidad y comunidad. Cabe señalar que este círculo ha sido usado en rituales y ocasiones de socialización en muchísimas culturas a lo largo de la historia de la humanidad. Este círculo se trabaja con el otorgamiento de la palabra por turnos, donde quien guía el taller, después de explicar los ejercicios, intenta disolverse, mimetizarse con quienes están participando. La herramienta que utilizamos para ello es llamada “turnador” y puede ser cualquier objeto pequeño (5 a 8 cm de diámetro) que no se rompa o dañe si se cae, cómodo para ser pasado de mano en mano.

Finalmente, de Huizinga (Homo ludens, 1938) tomamos el hecho de generar lúdica y afectivamente, un aprendizaje significativo.

 

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