Jugando con la rima - Ana Zarina Palafox Mendez

Técnicas lúdicas para el aprendizaje del verso improvisado en Iberoamérica.

 

Puesía oral / poesía escrita

Aquí puedo evocar, como ejemplo de cultivo comunitario de la oralidad, a los poetas trovadores de la Sierra Gorda (región cultural situada en la zona limítrofe de los estados de Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro). Ellos pronuncian puesía, se autonombran puetas y así también lo llegan a escribir. He decidido usarlo como el gentilicio al que se autoadscriben y lo hago así porque el método insiste en respetar las variantes regionales del idioma. Uso este término para marcar una clara diferencia con otros usos contextuales de la palabra poeta.

Los puetas de la sierra manejan formas estróficas complejísimas, heredadas del Siglo de Oro Español. Son los portadores y creadores, sí, pero en sus enfrentamientos líricos durante toda la noche las personas que escuchan y bailan están siguiendo las diferentes métricas, las estructuras de rima y la precisión y pertinencia del mensaje textual y la califican con aplausos, entusiasmo y comentarios que duran semanas, siendo un ejemplo maravilloso de público conocedor. Entre esas personas hay muchos y muchas puetas de clóset que guardan los saberes también pero no se han decidido a ejercerlo.

Como contraparte, he visto académicos de la literatura (a los que yo llamo "poetas de escritorio") que no son capaces de calificar la precisión de las formas estróficas con tal velocidad y de oído, acostumbrados como están a verlas escritas en papel y analizar minuciosamente lo que la oralidad manifiesta con toda naturalidad.

 

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