MÚSICA
México alberga cientos de tradiciones
musicales, mismas que se han transformado y adaptado al
paso de las épocas, otras permanecen casi intactas desde
tiempo atrás, pero su expresión permanece clara en
nuestros días. En nuestros recorridos, hemos experimentado momentos mágicos. Cuando caminamos entre una comunidad y otra y estamos en contacto con los sonidos naturales del paisaje, cuando comemos los alimentos cotidianos del lugar, cuando vemos los colores del entorno, nos resulta obvio el origen de su música. La música forma parte de la identidad de los habitantes de nuestros pueblos, y acompaña a las lenguas, vestuario, rituales y celebraciones. Así, las expresiones musicales varían de región en región y han sobrevivido a pesar de modas e influencias siempre presentes. La música propia resurge en la memoria colectiva aún fuera de nuestras fronteras y ejerce influencia sobre las nuevas tendencias musicales. Hemos visto como la música jarocha ha sido redescubierta por los habitantes hispanos de San Francisco California, y todos sabemos que la música norteña además de rebasar fronteras, se escucha en cada poblado de este país. La cultura musical se convierte así en una parte de nuestra identidad y fortalece nuestra pertenencia de grupo, misma que trasladamos y adaptamos para posibilitar la continuidad de las relaciones de grupo a otros ambientes que no son las que le dieron origen. Ello nos habla del arraigo a nuestras tradiciones, al tiempo que nos identifica como pertenecientes a una etnia, grupo social originario de una región, estado y nación. |