La Sierra Gorda y sus poetas

Dedicada a Ángel González

 

Según mi mapa hay una zona despoblada
entre Querétaro y parte de Guanajuato
que fue importante en los tiempos del Virreinato
pero ahora sólo es una tierra accidentada.

Dice mi mapa que en la Sierra no hay camino,
ni poblaciones de importancia, ni drenaje,
ni luz eléctrica, ni pozos, ni un aguaje...
-mas por fortuna es del “guía roji” un desatino-.

Si de los mapas logras hacer caso omiso
en Sierra Gorda verás un paisaje agreste
donde la gente siembra, cueste lo que cueste,
y sobrevive sin ningún fideicomiso.

Un entramado de neolíticas serpientes
es cruel imagen del jardín de Babilonia,
herencia agrícola en tiempos de la Colonia
que alimentaba a misioneros y otras gentes.

¿Misiones dije? Monumentos de sapiencia
edificados con barroco sincretismo:
conocimiento mexicano y catecismo
se matrimonian para germinar en Ciencia.

Es resultado de combinación tan rara
el habitante de estas míticas mesetas,
cuna prolífica de empíricos poetas
que hacen temblar la tierra con mente preclara.

El arribeño es una máquina eficiente
capaz de transmutar mazorcas en poesía,
es un prodigio más de la cultura mía
del trovador antiguo digno descendiente.

Entre nopales, auras y vida artesana
surgen topadas, cantan sones de la Sierra
que se desprenden elegantes de la tierra...
¡Extrañas rutas toma la cultura humana!

 

Ana Zarina Palafox Méndez

Abril de 2001

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