CHILANGOS EN TLACOTALPAN

-¡Nos cayeron los chilangos!
-ustedes han de decir.
Del encuentro y los fandangos
ya no nos vamos a ir.
Hace tiempo, este lugar
no contaba con un foro,
aunque existía el día del toro
y una fiesta a todo dar.
No se podían escuchar
en el "defe" los fandangos;
los sones y los huapangos
los oíamos diferente,
por eso hoy dice la gente:

-¡Nos cayeron los chilangos!
Aprendimos de don Lino
y también de los Barradas
versiones aceleradas
del son, con requinto fino.
Yo considero un gran tino
que empezara a transmitir
el radio, y pudiera oír
y otras cosas aprender.
¿Si yo lo hago bien? A ver,
ustedes han de decir.
Vino Radio Educación
con Graciela y Oropeza,
así es como allá se empieza
a escuchar la tradición.
Supimos que aquí el son
se tocaba en otro rango
de acorde, cadencia y tango;
pandero y leona escuchamos
y así, nos enamoramos

del encuentro y los fandangos
Ya con tiendas de campaña,
de aventones o en camión,
y el alma ansiosa de son,
para estar nos dimos maña.
Caminos llenos de caña,
en penoso devenir,
recorrimos al oír
el amor hecho llanura.
Porque amamos su cultura
ya no nos vamos a ir.

Ana Zarina Palafox Méndez
Enero de 2003

 

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