Glosa

Para Samuelaguilera, Zenénzeferino y Guillermovelázquez,
maestros de los aprendices y aprendices de los Maestros

Recuperar la sonrisa
olvidada en algún lado
y oír el verso trovado
que es disuelto por la brisa.

Viejo mundo material
que invade nuestros sentires
pues donde quiera que mires
lo vano es lo primordial.
Y aquella luz cenital
que en otros planos se irisa
se oculta tras la cornisa
de la densidad presente,
cuando es prioridad urgente
recuperar la sonrisa.

 

 

Nos vuelve piedras de río,
nos convierte en duro bloque
en gran muro con retoque
de amor y de señorío.
La poesía toma brío
en círculo iluminado,
con un trovador al lado
pues trovar es encontrar
para juntos oficiar
y oír el verso trovado.

Tanta juglaresca trova
que ha venido de Provenza
es antídoto a la densa
materialidad que emboba.
El Espíritu en su alcoba
celestial, mora encerrado
hasta que un día es invocado
por trabajo decimista,
viene y pule nuestra arista
olvidada en algún lado

 

 

Las luces del siglo trece
con sus sílabas volátiles
casi te resultan táctiles
cuando tu aliento las mece.
El tiempo las engrandece,
para ellas no corre prisa
la percepción se agiliza
llegan, brillan y se van
regresan al Gran Guardián
que es disuelto por la brisa.

Ana Zarina Palafox Méndez
Víspera del 3 de mayo de 2004

 

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