México, yo creo en ti
con renovada esperanza;
eres fuerte, no te alcanza
a matar un bisturí.
El cenzontle, el colibrí,
la tortolita viajera
remontan en la quimera
para labrar el destino
y con tu fe yo ilumino
Latinoamérica entera.México, yo creo en ti
porque, aunque tu herida es vieja
y los recuerdos me aleja,
te amo como eres. Así.
Pero yo he de luchar y
volverás a tus cabales.
Juntemos los materiales
que descansan en tu historia
y llevemos a la Gloria
tus memorias ancestrales.
México, yo
creo en ti
y en tu amoroso futuro,
necesario es el conjuro
que yo ayer te transmití.
De tu tierra recibí
los dones que hoy te dedico,
tu cultura me hace rico
y tu cariño, amoroso;
hoy, que estás tan temeroso,
mis cuidados multiplico.
México, yo
creo en ti,
también en tus potenciales
mujeres y hombres cabales
que en las plazas ahora vi.
México, me decidí
a dar el grito de guerra
con la gente que se aferra
a recuperarte hoy
y aquí con ellos estoy
defendiendo nuestra tierra.
México, yo
creo en ti
porque, a pesar del tirano
la gente se da la mano,
como anoche yo lo vi.
El militar frenesí
tan sólo ha causado unión.
Hoy te asiste la razón,
hoy sacudes la conciencia,
hoy vemos la coincidencia
y exhibes tu corazón.
México, yo
creo en ti
porque no es dios el dinero;
sí lo es el derrotero
de tequio, trueque y así...
Siento que ayer prometí
de nuevo cumplir los votos
de llegar a los ignotos
rincones de la ignorancia
y así, rehacer la sustancia
de estos corazones rotos.
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Arpa hecha por Claudio Naranjo con
hermosos
grabados nacionalistas y místicos en la tapa.
México, yo
creo en ti
porque todos los maestros
son hoy día hermanos nuestros
que muestran a tí y a mí
que el furioso frenesí
de un poder absolutista
no para siempre se enquista,
no por siempre permanece,
y hoy, que la oposición crece
¡apúntenme a mí en su lista!
México, yo
creo en ti
que, a pesar de tus carencias
siempre hay miles de conciencias
despertando a la que fui.
Amiga, siempre te oí,
siempre estuvimos de acuerdo,
y ahora ya no me pierdo
en país de cromagnomes
pues las manifestaciones
crecen contra ese gran cerdo.
México, yo
creo en ti
pues grande es tu corazón.
La temporal desunión
no está ya ahora, ni aquí.
En la esperanza viví
porque, a pesar de lo escrito
hay un virtual plebiscito
hoy caminando en las calles.
¡Espero que pronto me halles,
cómplice! ¡te necesito!
México, yo
creo en ti
porque miro a tus personas
bellas. En todas las zonas
que visito yo lo vi.
México, yo te creí
porque aunque a veces te vendes,
hacia el futuro te tiendes
y, con sólo un volantazo,
retomaremos el paso
que antes diera López Méndez.
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