"Disco de Hellmer"

Para una explicación de la importancia de estas grabaciones,
pueden ver el artículo "
Tres décadas de diferencia"

Folklore mexicano
Vol. II

(antología del
son jarocho)

Grabación, notas y foto de Raúl Hellmer, LP, Trébol MUSART,  T-10535

MIEMBRO DE AMPROFON
(ASOCIACION MEXICANA DE PRODUCTORES DE FONOGRAMAS, A. C.)
HECHO EN MEXICO - DISCOS MUSART - MARCA REG
.

Ya que entró por Veracruz la música que fue, digamos, como la materia prima para estructurar posteriormente los sones nacionales, hemos escogido esta región para la primera colección de documentos musicales y datos sobre lo que puede llamarse la esencia de nuestra música mestiza: el son.

El término JAROCHO, de tanto uso en nuestro folklore veracruzano, constituye una incógnita en su etimología. En el Diccionario de Americanismos de francisco J. Santamaría, sólo se consignan las definiciones de campesino habitante de la costa de Sotavento y habitante del Puerto de Veracruz. Se acostumbra llamar SONES JAROCHOS a los huapangos de esta zona, distintos a los de la Huasteca, que se acompañan con violín y guitarras propias de la región.

Las características generales del son jarocho revelan sus orígenes españoles en letra y música. La alegría y los tonos mayores de la seguidilla, modificada a veces por la guajira y el zapateado cubanos, fueron la base de nuestros sones costeños. La nostalgia, la pasión y los tonos menores de los fandangos plasmaron sones jarochos de tan profundo sentimiento como El Fandanguito y La Morena.

En los sones jarochos más antiguos, priva la décima con o sin planta, en la forma perfeccionada por Vicente Espinel, poeta español del siglo XVII. En la actualidad, la copla octosilábica en forma de cuarteta o quintilla casi ha suplantado totalmente a la décima, que aparece ocasionalmente en el son El Zapateado. El lenguaje florido y arcaico persiste en las coplas improvisadas y en la región costera pocas veces la versificación revela influencias modernas.

Según Baqueiro Foster y Vicente T. Mendoza, la mayor parte de los sones costeños veracruzanos se originaron en los "sonecitos de la tierra", presentados en el Coliseo de México durante las últimas décadas del siglo XVIII como una rebeldía del pueblo mestizo hacia la imposición criolla de los bailes populares españoles que se ofrecían en aquel recinto. El hecho de que se encuentren con cierta frecuencia las mismas estrofas en sones de Veracruz. Guerrero. Oaxaca, Michoacán y Jalisco nos hace pensar en la posibilidad de que ciertos prototipos comunes se difundieran desde el centro. La amplia difusión de melodías y estrofas españolas en todo el territorio de la Nueva España favoreció el desarrollo de modalidades regionales en los temas de las coplas y en la versificación, en la construcción de instrumentos distintos a los españoles y, finalmente, en nuevas maneras de ejecución. Después de que la Independencia abrió totalmente el camino para el desenvolvimiento de una cultura popular netamente nacional, estos procesos se aceleraron y en pocas décadas los sones de Veracruz y otras regiones llegaron a adquirir sus formas actuales.

El instrumental del son jarocho varia según la región y la época. Los instrumentos melódicos siguen siendo el arpa y el requinto o la guitarra de cuatro cuerdas. El arpa predomina en el Puerto de Veracruz. en Alvarado y en los pueblos de la cuenca del río Papaloapan, y al Poniente hasta Córdoba, incluyendo toda la zona entre esta localidad y Ciudad Alemán. El requinto, con sus variantes regionales, predomina en la parte sur del Estado, por los Tuxtlas, Catemaco, Acayucan, Minatitlán y Coatzacoalcos.

Hacia la segunda década de este siglo, el arpa grande no se conocía ya que este instrumento tenia un tamaño apropiado para que el ejecutante lo tocara sentado. Con la popularidad que tomaron los sones jarochos en la Radiodifusión, se comenzaron a construir arpas de casi dos metros de altura para lograr la suficiente sonoridad que destacara debidamente en el conjunto.

Los requintos de cuatro cuerdas, como las jaranas que los acompañan, generalmente se construyen de un solo trozo de cedro rojo, vaciada en éste la caja sonora, con la tapa superior y el diapasón añadidos. Por la región de Los Tuxtlas hasta Coatzacoalcos, se acostumbra el uso de una especie de requinto grande, llamado guitarra o guitarrón, cuyas melodías graves y lentas prestan un carácter casi solemne a los sones. El requinto y sus variantes se tocan con un plectro de cuerno de vaca muy delgado que produce un sonido percusivo que, unido a los contratiempos rítmicos, enciende el ánimo de los que bailan.

La jarana, pequeña guitarra dotada, según la región, de cinco a doce cuerdas, es el mas importante de los instrumentos de acompañamiento. En la actualidad, para no cambiar la afinación al tocar en diferente tono, la mayoría de los jaraneros afina su instrumento al modo de la guitarra sexta (de La a Mi), mientras que las afinaciones tradicionales, por ser más numerosas, requieren mayor práctica para dominarlas con sus respectivas digitaciones. Estas afinaciones tradicionales tienen nombres diversos como "primera", "jarana", "chinalteco menor", "variado", "por dos", etc. y cada una se usa para determinados grupos de sones, según su tono mayor o menor y de acuerdo con el carácter emotivo que se quiera expresar. En esta recopilación se pueden apreciar algunas armonías antiguas producidas con estas afinaciones.

Los rasgueos tradicionales de la jarana jarocha son extremadamente variados y complejos, y difieren de los sones de otras regiones. Hay tres clases de jarana, según su tamaño. La primera es muy pequeña, aproximadamente de cuarenta y cinco centímetros de largo; la segunda, de unos diez centímetros más de longitud, y la tercera, de ochenta centímetros o más.

También se usan otros instrumentos para acompañar los sones: el pandero, en Tlacotalpan; a veces, las maracas en el Puerto de Veracruz; el violín en algunos pueblos de la cuenca del Papaloapan y de la región de Los Tuxtlas, y la guitarra sexta, utilizando principalmente los bordones, cuando no hay arpero, en Alvarado y en el Puerto de Veracruz.

El canto tradicional de los sones jarochos se realiza no a varias voces, sino por un cantor que. después de "echar sus versos", es contestado por otro, y éste por otro, etc. La facultad de improvisación de estrofas originales para exaltar la belleza de la mujer o para comentar con sorna, con sentimiento o con graciosa broma cualquier acontecimiento de interés general, es extraordinaria entre los músicos jarochos. A pesar de lo picaresco del doble sentido de muchas coplas, su lenguaje nunca degenera en la vulgaridad.

NARANJAS Y LIMAS

(Versión alvaradeña). Música de Navidad.
Grabado en Boca del Río

Julián Cruz Figueroa canta y toca la Jarana, acompañado por Nicolás Sosa, con arpa grande, y Adalberto Hernando, con requinto cuatro.

.Esta música, posiblemente de origen gallego, se acostumbra en la Fiesta de la Rama. durante la temporada de Posadas. Los que "sacan la rama" llevan en alto alguna mata o rama de árbol, con un farol colgado. Van de casa en casa, cantando estrofas que anuncian gozosamente el advenimiento del Niño Dios. Si los moradores abren la puerta, siguen cantando y terminan con un son corto, bailado por una o más parejas de las que acompañan a los músicos. Al abrir la puerta, los caseros se comprometen a dar alguna pequeña cantidad de dinero, dulces o una "copita", a los músicos. A los que no abren, les improvisan estrofas de hiriente desprecio, aunque siempre en son de broma. También "se saca una rama" para hacer una colecta destinada a alguna mejora material. El acompañamiento del canto puede consistir desde la percusión de un simple bote, golpeado rítmicamente por un muchacho, hasta un conjunto completo como en este ejemplo, con arpa. requinto y jarana.

EL BORRACHO

Son jarocho.
Grabado en San Andrés Tuxtla

Guillermo Chiguil, requinto cuatro; Modesto Alvarado canta, con jarana tercera.

.Imitando en su ritmo y en su canto el vaivén de un borracho, este son refleja los esfuerzos por ocultar su estado. Como en los dos anteriores, es característico el estilo rústico de la región, con el requinto o la guitarra grande de cuatro cuerdas llevando la parte melódica en vez del arpa.

LA GUACAMAYA

Son jarocho.
Grabado en Otatitlán

Teófilo Blanco canta, con jarana segunda.

.En muchos de los sones se alude a los animales, personificándolos como en este caso en que se habla con compasión de la guacamaya. Muchos campesinos, después de sus faenas en los cañaverales que abundan en la cuenca del Papaloapan. descansan cantando a solas. acompañándose con su jarana.

LA MORENA

Son jarocho.
Grabado en Los Naranjos

Andrés Alfonso, arpa grande; Rutilo Parroquin, requinto cuatro; Teófilo Blanco, jarana tercera.

Uno de los sones más sentimentales, derivación clásica del fandango español. Esta versión presenta un ejemplo del contrapunto melódico centelleante entre arpa y requinto.

LA LLORONCITA

Son jarocho.
Grabado en Tlacotalpan

Pedro Alfonso Vidaña canta, con Jarana primera.

.Este nostálgico son. cuyo estribillo se asemeja al son istmeño de "La Llorona", parece derivarse directamente dé las malagueñas y peteneras procedentes de España, introducidas en el siglo XVIII. Las extrañas armonías dependen de la afinación antigua, denominada "primera menor", usada en la jarana pequeña.

EL PAJARO CARPINTERO

(El Carpintero Nuevo) Son jarocho.
Grabado en México, D. F.

Rutilo Parroquin, requinto cuatro; Darío Yépez, jarana tercera.

.Derivación reciente del son tradicional anterior, da oportunidad para apreciar los recursos del requinto cuatro en manos de uno de sus mejores exponentes, oriundo de Otatitlán.

EL JARABE LOCO

(Versión alvaradeña) Son jarocho.
Grabado en México, D. F.

Rene Rosas, requinto cuatro; cantan Raúl Rosas, guitarra sexta y Rafael Rosas, jarana tercera.

.A pesar de su nombre, se considera son jarocho con influencias de la guajira cubana. Su ritmo y rasgueo se distinguen también de los demás sones. En Alvarado y en el Puerto de Veracruz. suelen utilizar, cuando no hay arpero, la guitarra sexta. tocando los bordones como si fuera requinto grande. Destacan la frescura del canto y la extraordinaria habilidad del jaranero.

LA BRUJA

Son jarocho.
Grabado en San Andrés Tuxtla

Pascual Cota, guitarra de cuatro cuerdas; Alfredo Toto, Jarana segunda, de siete cuerdas.

.Su ritmo, que recuerda el de los sones del Istmo de Tehuantepec, va acelerándose hasta alcanzar el de un zapateado. En esta región, a menudo los músicos no cantan sino que "arriman" a los fandangos, a los trovadores de coplas.

EL FANDANGUITO

Son jarocho con "bombas".
Grabado en Tlacotalpan.

Andrés Alfonso canta, con arpa grande; Julián Cruz Figueroa contesta y toca jarana tercera.

.Este son, derivado directamente del fandango español, conserva en común con los fandangos tabasqueños las "bombas", en forma de décimas anteriormente y ahora en coplas, dichas por el hombre a la mujer de su predilección y contestadas por ella casi siempre en tono despectivo, aunque al final tal vez corresponda con una "bomba" amorosa, llamada "el desenojo".

EL CARPINTERO VIEJO

Son jarocho.
Grabado en Tlacotalpan

Guillermo Chiguil, requinto cuatro; Modesto Alvarado canta, con jarana tercera.

.Su ritmo es diferente a los de los demás sones. Sus coplas, de fino sentido doble, tal vez se refieren a los primeros oficios enseñados por los frailes a los nativos.

 

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