A René Villanueva.

"...NO es un pésame. No puede serlo. Los músicos teórico-académicos podrán haber dicho que él no estudió música. Los etnomusicólocos titulados podrán haber dicho que no siguió la carrera completa. Los virtuosos instrumentistas podrán haber dicho que no tenía un instrumento propio, desarrollado con maestría. Pero pocas personas en el mundo han ayudado tanto a que los neófitos, profanos, amateurs y especialistas se acerquen a nuestra música tradicional.

A su muy particular manera, René tocó, enseñó, escribió, grabó, repartió, animó, volvió a enseñar y, como una espiga de trigo, se repartió entre tanta gente, germinó en tantos campos, que la noticia de su fallecimiento suena rara... ¿quién podría pensar que un cuerpo lastimado, inmóvil, suspendido, realmente es nuestro René Villanueva?

No. Mi RenéVillanueva es la semilla esparcida en todo el mundo, viva, germinada, y dando frutos, a su vez. Nuestro René Villanueva sigue por el mundo, para siempre, tocando, enseñando, escribiendo, grabando, repartiendo, animando y enseñando más. Todos quienes nos dedicamos a la música tradicional -y quienes la escuchan con cariño- tenemos nuestro pequeñito René Villanueva, vivo y perenne. Y seremos por siempre, folkloristas... hermanos, hijos y nietos de Los Folkloristas.

Ana Zarina Palafox Méndez
Febrero de 2003

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