LOS GRINGOS

Me niego a llamarlos "americanos", porque nuestro continente es más grande que su imperialismo. Ni siquiera "norteamericanos", puesto que Canadá, a pesar de ser también una nación de inmigrantes, aplica principios éticos. Y México es una nación mestiza, mucho, muy diferente a ellos.

Por eso prefiero llamarlos "gringos". Porque hasta que cambien el nombre de su país, y podamos utilizar un gentilicio más específico, yo les llamaré "gringos".

Hoy, en Los Ángeles, un gringo pasó cuatro horas en un estudio de televisión convirtiendo su suicidio –el acto más personal y privado de un enfermo mental- en espectáculo para cadena nacional. Comparando: en el Medio Oriente tenemos gran cantidad de ataques suicidas, pero todos ellos obedecen a motivos de bienestar común. No estoy de acuerdo ni con uno ni con los otros, pero al menos los suicidas musulmanes sienten que son agentes de un cambio positivo para su pueblo.

Nos llegó del infierno una epidemia de adolescentes enloquecidos disparando a sus maestros y condiscípulos. En un principio, todos gringos. ¿Qué tiene qué estar ocurriendo en un país para que sus jóvenes pierdan el respeto por la vida –propia y ajena- y actúen de ese modo? Ahora que el Congreso está discutiendo la legalidad de la portación de armas en México, les pregunto: ¿ustedes pondrían un arma en mano de los adolescentes que pasan sus tardes en las "maquinitas" de la tienda jugando a los balazos? A mí me da miedo hasta tocarles el hombro para pasar hacia el mostrador...

Sabemos que la poderosa "Gringotitlán" nos tiene amenazados por ser presuntos responsables productores de drogas ilegales. Lo somos. Pero –como podemos comprobar en nuestro comercio ambulante- nadie vende nada que no tenga una entusiasta demanda. Y hasta hace un par de décadas, en mi país no se consumía droga a esa escala. CIA y FBI pueden tomar las represalias que quieran, nuestros productores seguirán proveyendo a sus consumidores, mientras estos existan a gran escala. Por cierto, al resto de los ciudadanos mexicanos tampoco nos hace muy felices tener este tipo de laboratorios en casa.

Y hablando de drogas, las drogas legales son dañinas también. A todos nos llegan muchos correos hablando de cremas que causan cáncer, edulcorantes asesinos, colorantes y conservadores que debían ser retirados del mercado. Yo les hago caso. Hace poco, después de dolores diarios de cabeza, bulimia involuntaria y –el susto mayor- un vómito de sangre, la Internet me proporcionó gran cantidad de información sobre Aspartame y Nutrasweet, con dos tendencia básicas: investigación sobre efectos secundarios y negación de dichos efectos. La primera me describió todos los síntomas que yo tenía, narrándome lo que podría pasar a mi estómago, esófago, riñón, hígado, páncreas y cerebro en unos pocos meses más de seguir consumiendo estos edulcorantes, presentes en todos los alimentos "diet" o "light". La segunda nos cuenta que "científicos estadounidenses no han encontrado pruebas de que estas substancias sean dañinas, y la campaña difamatoria procede de una activista que intenta desacreditar la industria alimenticia". ¿Pueden ustedes adivinar (yo ya lo verifiqué) qué país posee las patentes de los más de 4,000 productos elaborados con ellas?

Ahora los mexicanos estamos locos con la "deuda de agua" contraída con los gringos. Debemos de darles la mitad de la producción de agua proveniente del Río Bravo. Me pregunto,¿por qué debemos de procesarla y entubarla nosotros? En el acuerdo, firmado en los cuarentas, existe una cláusula para eximirnos de dicho adeudo en caso de sequía. Creo que es sequía, justamente, lo que hemos padecido en la mitad norte de nuestro país. claro, creo que el acuerdo no define desde dónde se considera sequía. ¿Y cómo lo iba a considerar? Cualquiera que haya ido a Las Vegas en autobús notará que en "Gringolandia" toda sequía es manejable. En medio de ese desierto horroroso, el desperdicio de agua hace un gran espectáculo, comparable al del "suicida televisado".

Y hablando de Las Vegas, ahí creí que había visto el desperdicio más grande posible de comida. En los "buffets" de los casinos, la comida es muy barata. Por poco menos de un dólar, puede uno servirse langosta, sushi, carnero, carnes frías, quesos franceses y muchos más platillos carísimos. Obviamente, el secreto está en quienes comen ahí porque están dejando su dinero en la ruleta. Pero vi a los gringos servirse unos platos de 50 cm. de diámetro, copeteados como cerros, para dejar el 80% de la comida en los basureros. Le pregunté a un gringo si no le parecía un exceso innecesario. Él me explicó que no, porque todo el resto de comida se procesa para alimentar a los animales de corral, y para abonar los campos de siembra. Así, mientras más comida hubiera en el basurero, más comida se podía producir al día siguiente. Me sigo rascando la cabeza con asombro... yo creí que las matemáticas se me daban, pero aquí no me salen las cuentas.

Ahora, trabajando en un restaurante con buffet y gringos, veo que hay desperdicios peores. Todos los sábados. Porque aquí no se usa la comida como forraje.

El día de las madres –así como en navidad y año nuevo- me dan ganas de llorar cuando veo las grandes colas en el "Quentoqui Fráid Chiquen" de mi colonia. Porque los que están comprando sus paquetes realmente creen que ahorran –dinero o tiempo- haciéndole el gasto a esta cadena gringa. No han hecho cuentas: ni de tiempo, ni de dinero, ni de recursos que salen del país y aumentan junto con el éxito de las franquicias.

A un país que ha creado una juventud neurótica y viciosa, que ha vivido exprimiendo a pueblos bienintencionados, invadiendo a los otros y envenenando a todos, pues no existen valores éticos hacia el exterior, que invierte en defensa mucho más de lo que costaría generar alimentos para el planeta entero, imperialista hasta con su idioma, que pretende ser el guardián de las políticas internas de otros países y que se burla del resto de las culturas sin comprenderlas, yo me pregunto: ¿qué le queremos copiar?

Conozco bastantes personas nacidas en Gringotitlán que no son sólo simpáticos, además son individuos independientes de su gobierno dedicados a auxiliar a otras culturas mediante donativos, apoyos varios y, sobre todo, gran parte de su tiempo y trabajo honrado. Gente que se ha tomado la molestia de invertir todo su ser en ayudar a crear un mundo de verdadera hermandad. Es más, no puedo decir que odio a todos los gringos porque hasta tuve uno en casa, más específicamente, metido en mi cama, en mi proyecto musical y en el resto de mi vida. Pero justamente a través de esta cercana convivencia, cada día me enoja más la manera en que su gobierno los "deforma" a través de la educación y desinformación. Ellos son seres privilegiados, demasiado sanos para que los programen al revés, pero el gringo que no sale de su país para ver con sus propios ojos que las cosas son diferentes a como la CNN las pinta, es más susceptible de ser deformado. Es más proclive a ir a pelear a Vietnam, Afganistán, Cuba o cualquier otra nación en turno. Y lo que me da miedo es que eso es lo primero que les hemos estado copiando: la "zombización" de nuestro raciocinio. La "borreguización" de nuestra individualidad. Ya pronto podremos ser carne de producción para el beneficio de los más audaces. Si generáramos más conciencia y, sobretodo, AMOR a nuestra cultura, no podría haber infiltración cultural que nos perjudicara.

Por cierto, ¿Por aquí, dónde venden cocas frías de lata?

Ana Zarina Palafox Méndez
Mayo de 2002

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