¿Patrimonialización o enajenación?

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La fuerza de nuestro son
no se agota ni se sacia
con una gira por Asia
o una tocada en Japón
porque es en cada región
que está su razón de ser
y es México, hoy como ayer
miel de colmena en la boca
como los sones que toca
un músico por placer.

Guillermo Velázquez
Xichú, Guanajuato
.

 

Yo soy músico antes que nada, y cualquier quehacer cultural lo hago desde allí. A pesar de ser de la Ciudad de México, la Ciudad de Tlacotalpan, Veracruz en México ha sido para mí una leyenda desde niña, cuando mi padre me contaba, en vez de cuentos de hadas, historias de fandangos en el Sur de dicho estado. A mediados de los años '80 conocí esa Meca, me aquerencié y la amé más. Está amenazada de perder su calidad de Patrimonio de la Humanidad porque ya la UNESCO e ICOMOS fueron informados de terribles prácticas, contrarias a los preceptos que instaron al nombramiento.

Desde 2003, comenzaron en nuestro país los nombramientos ahora de salvaguardia de patrimonio inmaterial, que abarca bienes culturales como la gastronomía, fiestas, estilos musicales, entre otros. Los Voladores (como los famosos de Papantla que podemos ver lastimeramente en el Museo de Antropología, haciendo un ritual a nada), la cocina michoacana, el día de muertos hace tiempo que tienen su medallita internacional.

El mariachi fue inscrito en 2011, con la pomposa e imprecisa definición corta de "música de cuerdas, canto y trompeta", línea que define muchos ensambles en el mundo que no están relacionados con él, y deja afuera otros que sí son mariachis, más tradicionales que la versión de ensamble que se trompetizó, según muchas versiones, en la Ciudad de México y por razones ya comerciales. Como describe Jorge Amós Martínez en una publicación del 29 de agosto de 2014:

"El problema es que bajo el término "mariachi" aparecen procesos diversos y muchos de ellos son de "tradicionalización" o francamente de "invención de la tradición" (según refiere Hobsbawm). Definir que es y que no es mariachi es mas complicado de lo que se cree. El mariachi es una invención muy reciente, pues todavía en los años 30 había conjuntos musicales en Jalisco, Colima y Michoacán que se llamaban murgas, fandangos, tambora y arpa grande, y que ya en los años 50 eran conocidos como mariachi; cuando el Estado mexicano usó una agrupación musical y algunos de sus géneros para construir una idea de lo mexicano y formar una "identidad nacional"; por ello, cuando se habla de "mariachi tradicional" se cae en la falacia de tradicional como "auténtico", cuando lo tradicional es una invención también reciente, pues también en los años treinta se usó primero conceptos como música "regional", luego "folclórica" y "vernácula" para referirse a procesos parecidos pero distintos e identificarlos con sus contenidos".

A mediana cercanía he observado cómo esta reciente declaratoria, combinada con la ignorancia de funcionarios y comerciantes de Jalisco, ha construido una serie de conflictos entre los músicos. No contentos con abarcar a los verdaderos ensambles de mariachi (tradicionales, estilizados, folkloristas y hasta metiches), ha invitado a coflictuarse a otro tipo de ensambles musicales de México. Para muestra una nota de 2010:

"El domingo 29 de agosto, después de dos vertiginosas audiciones (una por la mañana y la otra por la tarde), el jurado emitió su fallo: la medalla “Cirilo Marmolejo” es para el mariachi “Fandango de Varita”, de Tuxtepec, Oaxaca, dirigido por Alejandro Hernández, quienes ejecutan el mariachi tradicional auxiliados con una olla de barro negro, que les sirve de instrumento de percusión". (Nota completa)

Y es que estos funcionarios, malentendiendo definiciones de connotados académicos y, para agravar, con un afán megalómano quieren anotar en sus informes que cada vez hay más asistentes a sus encuentros. Con tal de extender su influencia, ven mariachis hasta debajo de las piedras. A cambio de comida, hospedaje, hacer sociales durante varios días y, a veces, hasta transportación, muchos mpusicos se declaran mariachis también. Además, las instancias culturales usan para ello el anzuelo de las preseas (mas dinero y curriculum que las acompaña). La problematización no viene por las elecciones de los músicos, sino por la forma en que instituciones, corporaciones o folkloristas detentan la certificación. En esos procesos se llevan entre las patas a muchos músicos que, con ingenuidad, se sienten apoyados. Una especie de Síndrome de Estocolmo, pues.

No tengo yo tampoco la verdad absoluta, pero mi método para designar a los diferentes ensambles de la Tierra Caliente es preguntarles a ellos cómo se autodesignan, y cómo se han designado en su zona al menos por 3 generaciones, y en Turicato, Arteaga o Tlapehuala no se autonombran mariachis, ni los individuos, mariacheros.

Y con las regiones y los gentilicios, igual. El término "Terracalentano" no existía hace 10 años, salió de los roncos pechos de algunos investigadores y se ha repetido en ámbitos de instancias culturales.

Terracalenteño es la autodenominación que usan en la Cueca del Tepalcatepec; calentano se dicen los de la Cuenca del Balsas.

Terracalentano, entonces, es una "palabra frankenstein", usada por fuereños cercanos a la intelectualidad.

Antes de leer los textos sobre los problemas que se suscitaron después de que la UNESCO declarara a la Pirekua como Patrimonio de la Humanidad, ya había revisado la declaratoria de mariachi en la pagina de dicho organismo, y veo las mismas características que se exhiben con respecto a la pirekua; la lista de firmas, por ejemplo, con una aplastante mayoría de representantes de gobierno (desde directores de casas de cultura y maestros de las mismas, hasta directores de culturas populares a nivel estatal), y casi nula la representatividad de los verdaderos actores culturales. Aún en esos últimos, veo a los mismos institucionalistas de siempre, ensambles cobijados por las instancias de gobierno, incluso grupos camaleón que se quitan y ponen las trompetas dependiendo del acto a cubrir.

Suscribo totalmente estos puntos, exhibidos en la página de pirekua:

"d) Tiene un impacto negativo entre los músicos, compositores y pirericha porque se compite por espacios y por tocar en grandes escenarios sean de festivales o de concursos. Espacios dirigidos a un público masivo, y donde se dan malos tratos a los músicos y pireris.

e) Se pierde el poder de decisión sobre la cultura, sus significados y formas, porque son las instituciones y los empresarios los que deciden qué se debe hacer con ella, cómo y dónde hacerlo".

Vamos a proyectar otros fenómenos de autocomplacencia y discrecionalidad, característicos de los funcionarios mexicanos de cualquier nivel, a lo logístico cultural:

1. Alguien que usa simpatías y antipatías personales para regir sus políticas y acciones, no es confiable.

2. Ese alguien disfraza lo personal con argumentos administrativos.

3. No sabe mucho ni analiza desde lo antropológico o etnomusicológico, se la lleva a puro colmillo, a la usanza de los viejos caciques priístas.

4. No le interesa saber cómo se ven las cosas desde el músico; menos aún el bienestar de éste.

Estoy hablando de la mayoría de los funcionarios de cultura del pais. Desde allí, pues no es confiable que sean los elementos del gobierno quienes armen carpetas para la UNESCO, sobre todo porque la misma UNESCO, en el Plan de Salvaguarda 2003, pide que sean los portadores de estos bienes culturales quienes conduzcan el armado de la carpeta. Pero en México nos pintamos solos para los engaños, y así, con engaños oficiales, han entrado todas las carpetas, y sirven a intereses institucionales, turísticos y comerciales.

Sucede con todos los elementos patrimonializados. Por amor, estuve cerca de la patrimonialización de la arquitectura de Tlacotalpan desde que un amoroso idealista, el Arq. Humberto Aguirre Tinoco planteó la cosa. Después, cuando trabajaba mi papá (arquitecto también) en el Instituto SEDUE, él fue a hacer un registro fotográfico para agregar a la carpeta. El resultado de esto, visto ya a la distancia y de forma simplista, se resume en estos pasos:

1. El Gobierno del Estado de Veracruz, por medio de Turismo, detentó el poder de decisión sobre el Patrimonio.

2. Buena parte de los recursos Federales y Estatales que se asignaron para la restauración, se quedaron en manos de funcionarios corruptos.

3. Nadie informó a la gente del pueblo. Lo único que llegó a ellos es que tenían qué invertir en arreglar sus casas para que se vieran lindas pero no las podían modificar. El único presupuesto aplicado fue "regalarles" pintura para la fachada cada vez que se acercan las Fiestas de la Candelaria.

4. Un tipo corrupto que formó parte del Gobierno Municipal como Director de Obras, averió todo: pintó con esmalte dorado esculturas de bronce, modificó construcciones del parque principal, tiró almendros que estaban en el muelle y destruyó el manglar.

5. Mucha gente empezó a poner sus casas en venta, malbaratadas. Oportunistas fuereños aprovecharon para comprar y poner negocios que, como hacían hace un siglo las grandes haciendas, dan empleo mal pagado a los lugareños y llevan las ganancias a otro lado.

6. Los dos gobiernos siguientes, empeoraron la cosa: el Kiosko porfirista está desaparecido, entregaron las Fiestas de la Candelaria a Televisa, bajó el turismo cultural y subió el populachero y alcohólico... y, p'acabarla, sin manglar y, por omisión de técnicos hidráulicos combinada con lluvias en Oaxaca, el Papaloapan creció y fue la desastrosa inundación de fin de agosto de 2010.

Entonces el Gobernador, aduciendo que les iba a ayudar "para que se repusieran de los daños", fue cuando le dio ya la entrada franca a los televisos, dizque para que tuvieran más turismo durante la Candelaria. Terrible al menos en dos sentidos:

a. Tlacotalpan se abarrota en esas fiestas, no es necesaria más gente allí. Sería más adecuado llevar visitantes a lo largo del resto del año.

b. "Acorrientó" las fiestas, y las terminó de enajenar: ya no son los pobladores elebrando a su Virgen, tocando su música y bailando en sus fandangos. Ahora está al servicio de un turismo alcoholico y destructivo. Invasivo, pues.

Los pocos que están trabajando a favor de la población y del turismo cultural en otras épocas del año, son promotores independientes, sin apoyo oficial alguno. Ofrecen talleres variados, tours por la ciudad, venta de arte popular e instrumentos musicales, entre otras cosas.

Ninguna patrimonialización es adecuada si no parte de los que realmente ejercen la tradición y se aplica en el entorno completo de ésta. Llevar músicos (tradicionales y extras) a un escenario, aunque les pagues, no abona en nada a los bailes de rancho, fandangos o huapangos. Mucha gente bien intencionada, promotores locales o trabajadores de la cultura, les abonan con optimismo a estos procesos de enajenación. Guillermo Bonfil Batalla detalla más este asunto con su Teoría del Control Cultural.

Estos promotores trabajan duro y alegremente pero sin análisis, con ello están ayudando a la destrucción de las culturas que creen salvaguardar... como dijera el historiador Álvaro Alcántara: "Lo que hay qué salvaguardar es el bienestar y la calidad de vida de los portadores del patrimonio, y ellos se encargarán éste mejor que nosotros.

Ana Zarina Palafox Méndez
Viernes 19 de septiembre de 2014

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